Deforestación y expectativas: el escenario de la Cumbre de Presidentes Amazónicos de Belém do Pará

Vista aérea de un bote navegando por un río en una zona de la floresta Amazónica, el 6 de agosto de 2023, en el estado de Pará, norte de Brasil.ANTONIO LACERDA (EFE)

EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.

En la Amazonia y todos los territorios que hacen parte de esta región se siente la expectativa. Entre el 8 y 9 de agosto los presidentes de los ocho países que tienen parte amazónica, más algunos asociados, se reunirán en Belém do Pará, Brasil, para emitir una declaración clave para el mundo: decir cómo piensan evitar que esta región llegue al punto de no retorno y afecte aún más el clima del planeta.

Se trata de una reunión política, pero también vital para la existencia. Aunque la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), organismo intergubernamental que constituyen estos países, se creó a finales de los años 70, esta será apenas la cuarta vez que se reúnen. Por esto se espera que, tras esta declaración, la OTCA también se fortalezca en escenarios internacionales. De hecho, los resultados de esta Cumbre de Presidentes Amazónicos se llevarán a la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizará en septiembre y se espera que también sean tenidos en cuenta en la agenda de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP28), que se llevará a cabo en los Emiratos Árabes Unidos a principios de diciembre.

Este es el estado en el que seis de los ocho países amazónicos reciben a la cumbre:

Brasil: una renovada visión sobre la Amazonia

La Cumbre, una idea del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, es para Brasil una oportunidad de oro para desplegar ante el mundo su nueva visión sobre la Amazonia tras los años de negacionismo y ataques del ex presidente Jair Bolsonaro. El presidente Lula convirtió su promesa de alcanzar la deforestación cero en el año 2030 en uno de los ejes de su política externa, y en los últimos meses ha conseguido que países como Alemania o Noruega vuelvan a aportar dinero al fondo que recoge donaciones internacionales para la preservación del bioma. También se han demarcado nuevas tierras indígenas, se han aumentado los controles y los efectivos de policía ambiental en el campo y se ha librado una dura batalla para expulsar del territorio de los indígenas Yanomami a miles de garimpeiros (buscadores ilegales de oro), en la frontera con Venezuela. En junio, el Gobierno presentó una actualización del plan de lucha contra la deforestación que en los años 2000 logró notables resultados contra la tala ilegal. El volantazo en la política ambiental empieza a notarse: en el primer semestre de este año la deforestación en la Amazonía cayó un 34% y afectó a 2.649 kilómetros cuadrados de selva. Los datos, captados con imágenes vía satélite, son preliminares y deberán confirmarse más adelante, aunque supondrían la consolidación de una tendencia de caída que arrancó el año pasado.

Bolivia: sube la deforestación y el mercurio

El territorio amazónico de Bolivia, que abarca el 8,1% del total de la Amazonia y que comprende más de siete millones de kilómetros cuadrados, enfrenta problemas como la creciente presencia de minería ilegal en la que se utiliza mercurio para extraer oro de ríos que abastecen de agua a las comunidades indígenas y campesinas de la zona, poniendo en riesgo su salud y su desarrollo integral. A esto se suma la deforestación, ya que en el 2022 fueron arrasadas 400.000 hectáreas de bosques vírgenes, un 32% más que en el 2021, según un estudio de la plataforma Global Forest Watch, la que considera a este país como uno de los que más pierde bosques vírgenes a nivel mundial junto a Brasil.

El Gobierno de Bolivia anunció que propondrá en la Cumbre un mecanismo que incluya el trabajo de presidentes e indígenas, de forma articulada y al más alto nivel, para superar los riesgos que amenazan a la cuenca amazónica. “Con este mecanismo se trata de fortalecer la integración y la cooperación para enfrentar los desafíos y retos que se tiene como región, ante a las modalidades y/o condiciones de financiamiento que se disponen para asumir las responsabilidades y compromisos internacionales multilaterales de los cuales Bolivia es parte en temas como cambio climático, agua, bosques, incendios forestales, plataforma de pueblos indígenas y otros”, declaró anteriormente el viceministro de Relaciones Exteriores boliviano, Freddy Mamani.

Amazonía
Vista aérea de una zona de la floresta Amazónica, la cumbre de los países amazónicos se realizará en la ciudad de Belém para impulsar un nuevo modelo de desarrollo que permita poner fin al ciclo de destrucción.ANTONIO LACERDA (EFE)

FUENTE: EL PAÍS

 

Relacionados