Guerrillas y anarquía: El plan de Maduro ante un ataque de Estados Unidos

Maduro, quien ocupa el poder desde 2013, afirma que Trump busca derrocarlo y exigió que los ciudadanos venezolanos y las fuerzas armadas resistirán cualquier intento en ese sentido. (Foto: FEDERICO PARRA / AFP)

El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, tendría un plan en caso de que Estados Unidos lleve a cabo una invasión o ataques al territorio del país caribeño.

La potencia norteamericana ha desplegado diversas embarcaciones militares y hasta un portaviones nuclear que se desplazó desde el mar Mediterráneo al Caribe.

De acuerdo a DW News, el régimen chavista está desplegando armas, incluyendo equipos de fabricación rusa con décadas de antigüedad, y planea montar una resistencia de estilo guerrillero o sembrar el caos en caso de un ataque aéreo o terrestre por parte de Estados Unidos. Este enfoque constituye una admisión tácita de la escasez de personal y equipo en el país sudamericano.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sugerido la posibilidad de realizar operaciones terrestres en Venezuela.

El mandatario aseguró que «la tierra será lo siguiente», tras llevar a cabo múltiples ataques a embarcaciones en el caribe que han sido sindicadas por el gobierno estadounidense de transportar droga. Posteriormente, Trump negó que considere llevar a cabo ataques en Venezuela.

Maduro, quien ocupa el poder desde 2013, afirma que Trump busca derrocarlo y exigió que los ciudadanos venezolanos y las fuerzas armadas resistirán cualquier intento en ese sentido.

De acuerdo a Reuters, el poderío militar de Estados Unidos supera ampliamente al de Venezuela, debilitado por la falta de entrenamiento, los bajos salarios y el deterioro del equipamiento, según seis fuentes familiarizadas con las capacidades militares venezolanas.

En ese sentido, el medio estadounidense señala que algunos comandantes de unidad incluso se han visto obligados a negociar con productores locales de alimentos para alimentar a sus tropas, debido a que el suministro gubernamental resulta insuficiente, dijeron a Reuters dos fuentes con conocimiento de las fuerzas de seguridad del Estado.

Esa realidad ha llevado al gobierno de Maduro a apostar por dos estrategias potenciales: una respuesta de tipo guerrillero, mencionada públicamente —aunque sin detalles— por altos funcionarios, y otra que las autoridades no han reconocido.

Anarquía en las calles

La defensa de estilo guerrillero, que el gobierno ha denominado “resistencia prolongada” y ha mencionado en transmisiones de la televisión estatal, implicaría el despliegue de pequeñas unidades militares en más de 280 puntos para ejecutar actos de sabotaje y otras tácticas irregulares, según las fuentes y documentos de planificación de varios años de antigüedad vistos por Reuters.

La segunda estrategia, denominada “anarquización”, recurriría a los servicios de inteligencia y a simpatizantes armados del chavismo para generar desorden en las calles de Caracas y volver ingobernable el país ante fuerzas extranjeras, según una fuente con conocimiento de los esfuerzos defensivos y otra cercana a la oposición.

No está claro cuándo el gobierno podría activar cada una de estas tácticas, que según las fuentes son complementarias, en caso de un ataque estadounidense.
Las fuentes reconocen que cualquier estrategia de resistencia enfrenta probabilidades muy bajas de éxito.

“No duraríamos ni dos horas en una guerra convencional”, dijo a Reuters una fuente cercana al gobierno.

Otra fuente con conocimiento en defensa y seguridad dentro de Venezuela afirmó que el país no está “preparado ni profesionalizado para un conflicto”, a pesar de las afirmaciones oficiales en sentido contrario. “No estamos listos para enfrentar a uno de los ejércitos más poderosos y mejor entrenados del mundo”, señaló.

El Ministerio de Comunicación, encargado de atender las consultas de prensa en nombre del gobierno venezolano, no respondió a las preguntas.

Funcionarios del gobierno han minimizado públicamente la amenaza militar de Estados Unidos, aunque han hecho llamados a la paz.

“¿Ellos creen que con un bombardeo van a acabar con todo? ¿Aquí, en este país?”, se burló el ministro del Interior, Diosdado Cabello, en la televisión estatal a inicios de noviembre, mientras que Maduro ha elogiado repetidamente a los “soldados de la patria” como herederos del héroe de la independencia Simón Bolívar.

Salarios militares bajos

Maduro ha mantenido una fuerte lealtad militar siguiendo la estrategia de su predecesor, Hugo Chávez, quien colocó a oficiales en cargos gubernamentales como ministros o jefes de empresas estatales para asegurar su fidelidad.

El alto mando militar respaldó la victoria de Maduro en las elecciones de 2024, a pesar de que múltiples observadores internacionales respaldaron pruebas de que el candidato opositor había ganado de forma contundente.

Sin embargo, las tropas venezolanas enfrentan condiciones laborales precarias y, según las fuentes, podrían producirse deserciones en caso de un ataque.

Los soldados rasos ganan aproximadamente 100 dólares mensuales en moneda local, muy por debajo del costo estimado de 500 dólares para una canasta básica, según datos de abril del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.

En los últimos años, su experiencia principal ha sido enfrentar a civiles desarmados durante protestas callejeras, según una fuente cercana a la oposición.

Maduro ha afirmado que hay ocho millones de civiles entrenándose en milicias para defender Venezuela, y algunos ciudadanos han declarado a Reuters en los últimos meses que están dispuestos a morir por su patria ante una fuerza extranjera.

Pero una fuente con conocimiento en defensa y seguridad estimó que, en un escenario de “anarquización”, solo entre 5,000 y 7,000 personas participarían, incluyendo personal de inteligencia, simpatizantes armados del partido gobernante y miembros de milicias.

Mientras tanto, habría unos 60,000 efectivos del Ejército y la Guardia Nacional que el gobierno desplegaría para su “guerra de resistencia” de estilo guerrillero, según la misma fuente.

 

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